¿Terminamos con el desperdicio de talentos? Según un informe de la Fundación Manpowergroup, la mayoría de los candidatos mayores de 50 años son rechazados por las empresas en el proceso de trabajo.
Las limitaciones comienzan desde los 40 años y se evidencian para los que tienen más de 60 años, indica el informe que salió en enero en México.
Los reclutadores piensan que los candidatos no se adaptan a las nuevas tecnologías en los centros de trabajo. “La digitalización ha generado un sesgo hacia los perfiles jóvenes”, lamenta Alfredo Araneda, director regional para la agencia de reclutamiento y talentos Robert Walters.
Robert Walters también presentó un informe en noviembre. De acuerdo con su principal conclusión, en México tres de cada cuatro empleados de 50 años creen que han sido ignorados debido a su edad.
Además, el 59% de los encuestados opina que su edad les impide acceder a cursos o nuevos aprendizajes debido a su edad.
“Los profesionales de mayor edad experimentan menos oportunidades de formación y desarrollo”, señala el director regional de Robert Walters, quien también destaca “una falta de consideración en las promociones”.
La situación no deja de ser preocupante en América Latina, continente que se tiene que adaptar al envejecimiento de su población.
“América Latina y el Caribe están experimentando un rápido proceso de envejecimiento poblacional, superando las tasas observadas en muchos países europeos en la actualidad”, subraya el Banco Interamericano de desarollo (BID) en un documento de noviembre de 2023. “La mayor participación laboral y ocupaciones con mayores retribuciones son factores claves para mejorar las perspectivas de jubilación, aunque queda mucho por hacer”.
Contra la discriminación laboral, no cabe más que tres opciones: la fuerza de la ley, los incentivos fiscales a las empresas o las normas no vinculantes, a ver quien las respeten.
En México, el Senado aprobó una modificación a la Ley del Trabajo para obligar a las empresas de más de 20 empleados a tener en su nómina el 5% de mayores de 60 años. En Paraguay también una diputada presentó hace unos años un proyecto de ley a favor del “pleno empleo de personas adultas mayores de 50 años”.
Privilegiaron los incentivos y las bonificaciones España y Uruguay, dos países que ya se enfrentan al envejecimiento de su población. Por un Real decreto ley de enero de 2023, las empresas españolas pueden conseguir reducciones en las cotizaciones a la Seguridad social si contratan a personas desempleadas mayores de 45 años (unos 128 euros por mes).
En Uruguay, el gobierno también otorga un subsidio temporal a los empleadores para la contratación de mayores de 45 años en desempleo.
“Es importante que las transformaciones sean orgánicas y no forzadas para ser efectivas”, estima, sin embargo, el directivo de Robert Walters.
A esta tarea se dedica el denominado “Age-friendly institute”. La iniciativa se originó (¿cómo no?) en Estados Unidos, país bastante reacio a las reglamentaciones.
El “Age-Friendly Institute” se dedica a identificar los centros de trabajo que valoran el talento de personas mayores con un certificado “Age-friendly employer” (CAFE).
El CAFE promueve “un empleo significativo, oportunidades de desarrollo, sueldo competitivo y recompensas a los empleados 50”.
En España, BBVA fue la primera empresa certificada el año pasado. En América Latina, la farmacéutica MSD ganó la calificación en países donde opera (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Panamá y Perú).
¿Y tú, qué solución prefieres? ¿Y cómo te trata tu empresa o tu centro de trabajo? ¿Te sientes discriminada o discriminado por tu edad?
En @AlgoPorVenir, estamos convencido de que uno se puede reinventar en cualquier momento de su vida. La sociedad lo puede y lo debe favorecer. Nunca es tarde.